Y es que Michael Presti, un policía estadounidense, arrestó a William Vasilakos, exploró lo que pudo y más en su móvil y se encontró unos vídeos en los que Vasilakos salía practicando sexo con su mujer. Presti evidentemente quería guardar los vídeos para su uso personal en la intimidad y también quiso compartirlos con algunos de sus más íntimos amigos.

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